Independencia
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El principal sector que se ha visto afectado por el panorama político español ha sido el sector servicios, ya que según los datos registrados, este año ha sido la primera vez desde 2013 en el que el índice de PMI de servicios de la Eurozona (Alemania, Austria, Bélgica, etc) es mayor que el español. Por otro lado debemos de tener en cuenta un indicador muy importante el cual es bastante sensible a las variaciones en la economía, se trata del Indice de confianza del consumidor, el cual ha caído de forma considerable. Podemos concluir con que probablemente esto haya sido una de las principales causas de que el sector terciario haya sufrido una etapa de recesión generando una caída de entre el 30% y el 35% en la ocupación de las plazas de alojamiento.
Todo esto comenzó a surgir a partir e la celebración del referéndum ilegal, el cual fue el detonante. A principios de octubre tuvieron lugar las salidas de las primeras empresas, tales como los bancos Caixabank o Sabadell, y hasta hace poco se registra que actualmente son 2388 las empresas que ya han registrado un cambio de ubicación de su domicilio social. Esto ha afectado de forma directa al desempleo, el cual registró su mayor subida en Cataluña desde 2008, que fue el año en el que estalló la crisis. A esto se suma el boicot a muchas empresas catalanas, una encuesta demuestra que un 20% de los españoles de otras Comunidades Autónomas han dejado de comprar productos fabricados por empresas catalanas
Por otro lado también deben de tener en cuenta no solo las consecuencias a nivel nacional, sino también internacional ya que la independencia de Cataluña mediante el referéndum ilegal provocaría un conflicto con la Unión Europea, por lo que quedaría fuera de esta, lo que supondría una pérdida del 20% del PIB. Esto se debe a que el euro pasaría a ser una moneda extranjera lo que provocaría el encarecimiento de las exportaciones. Como solución, Cataluña podría ser euroizada, lo que significa utilizar el euro como moneda nacional pero no pertenecer a la zona euro, esto ocurre en países como Montenegro. Por otro lado, esto probablemente perjudicaría a los bancos. Esto dejaría a Cataluña fuera del Banco Central Europeo, que garantiza la liquidez en el sistema bancario lo que supone una gran ayuda para sobrevivir a las crisis económicas. También quedaría privada de los fondos estructurales, los cuales son más de 1.400 millones de euros previstos desde 2014 hasta 2020. Además si la independencia llega ser una realidad, a todas estas pérdidas ya mencionadas habría que sumárseles los costes que supondrían la financiación de la creación de un nuevo estado (pensiones, seguridad social, salarios de los funcionarios, etc).
Todo esto comenzó a surgir a partir e la celebración del referéndum ilegal, el cual fue el detonante. A principios de octubre tuvieron lugar las salidas de las primeras empresas, tales como los bancos Caixabank o Sabadell, y hasta hace poco se registra que actualmente son 2388 las empresas que ya han registrado un cambio de ubicación de su domicilio social. Esto ha afectado de forma directa al desempleo, el cual registró su mayor subida en Cataluña desde 2008, que fue el año en el que estalló la crisis. A esto se suma el boicot a muchas empresas catalanas, una encuesta demuestra que un 20% de los españoles de otras Comunidades Autónomas han dejado de comprar productos fabricados por empresas catalanas
Por otro lado también deben de tener en cuenta no solo las consecuencias a nivel nacional, sino también internacional ya que la independencia de Cataluña mediante el referéndum ilegal provocaría un conflicto con la Unión Europea, por lo que quedaría fuera de esta, lo que supondría una pérdida del 20% del PIB. Esto se debe a que el euro pasaría a ser una moneda extranjera lo que provocaría el encarecimiento de las exportaciones. Como solución, Cataluña podría ser euroizada, lo que significa utilizar el euro como moneda nacional pero no pertenecer a la zona euro, esto ocurre en países como Montenegro. Por otro lado, esto probablemente perjudicaría a los bancos. Esto dejaría a Cataluña fuera del Banco Central Europeo, que garantiza la liquidez en el sistema bancario lo que supone una gran ayuda para sobrevivir a las crisis económicas. También quedaría privada de los fondos estructurales, los cuales son más de 1.400 millones de euros previstos desde 2014 hasta 2020. Además si la independencia llega ser una realidad, a todas estas pérdidas ya mencionadas habría que sumárseles los costes que supondrían la financiación de la creación de un nuevo estado (pensiones, seguridad social, salarios de los funcionarios, etc).
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